Otro fiasco sobre el tema de las relaciones de dominación/sumisión. Un tostón. Un cero pelotero spyCIN.
Un joven delincuente sale del trullo y comienza una extraña relación con la mujer que hace de tutora de su libertad provisional. Una relación sin apenas diálogos en la que todo se da por sobrentendido (!). En filmaffinity internacional tenía de nota un 7 (???) y según parece, no había tenido mala aceptación en los festivales a los que había concurrido.
Rodada en blanco y negro parece que iba de interesante. Pero entre la cara de ido de él y la cara de palo de ella, lo único que que queda claro es que de vez en cuando quedan en un cuartucho junto a una vía del tren para que ella le de una azotaina (???).
Tampoco la directora, ANGELINA MACCARONE, tiene buena cara.
Todo esto del BDSM cuando se toma en plan dramático huele más a patología que a esos divertidos juegos a los que recurrir para solucionar de vez en cuando problemas de paridad en una relación, de sobrestima de uno mismo, o de necesidad de orientación. ¿Os acordáis de cuando la homosexualidad se concebía como una patología? Pues algo parecido. Un horror. Ya me gustaría que alguien se atreviera a hacer un guión y poner en la pantalla algo tan inteligente como lo que contaba ROBERT WALSER en JAKOB VON GUNTEN: esa fabulación de la servidumbre como estado de felicidad. Pero eso es mucho pedir. O imposible de encontrar. Manda narices que aparte de alguna comedia muy divertida (y por lo tanto tangencial) sobre el tema BDSM todavía no haya nada mejor que la prehistórica y cursi HISTORIA DE O.
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