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domingo, 28 de octubre de 2018

THE FUNDAMENTALS OF CARING** - 2016 - ROB BURNETT



Interesante y entretenida película sobre el tema del cuidado de un adolescente con síndrome degenerativo y muy mala leche. Actuaciones sobresalientes por parte de los tres protagonistas y de los cuatro o cinco secundarios. Solo he encontrado este fotograma de la siniestra madre del adolescente.


Lo mejor de la película empieza cuando se convierte en una road movie, primero con los dos protagonistas, luego con Selena, luego con la embarazada y al final con el padre de Selena.


La grandilocuencia de la escena final es un poco tonta, y la obsesión con los hijos como lo único que da sentido a nuestras vidas, un poco cargante. Pero es buen cine. Con ritmo, gracia y sobre todo, actores. Dos estrellas** spypcin. Nos la recomendó Teresa.






sábado, 13 de octubre de 2018

CAFE SOCIETY *- 2016 - WOODY ALLEN



Mero cine de decorados, atrezzo, fotografía edulcorada y fondos continuos de música de jazz. Lo de Woody Allen no se soluciona ni con escándalos de acoso sexual. Por no hablar de su cinemanía o judeomanía, que apestan.


Ninguno de los personajes principales da la talla. Son unos pipiolos a los que les viene enormemente grande la historia en las que han querido meterles.


Los secundarios son aún menos convincentes. El tío rico es como de pega y a la pareja neoyorkina casi es imposible ponerles cara:



A nivel de retratos, la familia judía es algo más divertida, pero lo del gángster y el comunista compartiendo la mesa no llega ni a credibilidad de cómic. No he encontrado fotogramas en la red de ellos. Tampoco he encontrado imágenes de la casa "moderna" tipo Richard Neutra con que se inicia la película. Una pena.


Lo más sobresaliente de la peli es la aparición en escena de Blake Lively, una mujerona que, mira por dónde, tiene cierto parecido con Virginia Madsen (ver post anterior)





En vez de hacer de ella una diosa, le hacen un hijo y el guión la mete en casa y se olvida de ella. Sin embargo en las presentaciones sociales bien que pareció brillar:




Tendrá que esperar a otro director para que en el spycin la hagamos diosa. Vaya un estrella* spypcin por su belleza y por toda la pasta gansa que alguien puso para el vestuario y los decorados con que pudiéramos aguantar viendo su hora treinta y seis minutos  hasta el final. Como unos campeones. 




lunes, 8 de octubre de 2018

CAPTAIN FANTASTIC* - 2016 - MATT ROSS



La he puesto una estrella* spypcin porque formalmente está bien hecha y tiene algún punto de originalidad, pero en las etiquetas va claramente su calificación de "truño" porque una fantasía progre de casi dos largas horas no podía ser otra cosa. La idea de una familia con seis hijos que se echa al monte para volver a ser "cazadores-recolectores" es francamente ridícula, pero como el cine es el lugar de las fantasías, se puede permitir. Otra cosa es que viviendo en el bosque los chicos celebren a Chomski y consigan el aprobado para entrar en Harvard, Princeton, Stanford, Berkeley o Yale. Porque aunque la esencia de una fantasía es que no haya límites, cuando la historia en que se inserta carece de sentido del humor, se viene abajo. Y lo peor de esta película en la que nos las prometíamos felices por la de premios y críticas favorables que tiene, es que carece de sentido del humor. O sea, de sentido de estar haciendo el ridículo. Lo peor, digo, es que parece que va en serio.


Por películas como esta o parecidas, parece que en Estados Unidos hay como una generación que llegó tarde al hippismo y que le encanta recuperar sus tics sin entender bien el tiempo en que aquello ocurrió.




Con hippismo, progrez, musiquitas monas y hasta una escena de escalada en roca se ve que sale un cóctel muy del gusto de ecologistas y progres metidos a críticos de cine, porque de otra forma no se explica el éxito de semejante bodrio.


Por las fotos que muestran al staff en sus galas de presentación, se ve que la grosería cabe en el smoking y que para vender mejor la peli había que darle también algún toque de incorreción política.


El imperio americano hace aguas o está en declive. Y en ocasiones como esta, más que ilusionar, deprime. Al final de la película la familia en cuestión da un paso adelante en la historia de la humanidad y pasan de "cazadores-recolectores" a hacer la "revolución agrícola". Pues no les queda nada hasta el siglo XXI...

Matt Ross, el director, a la hoguera. Y Viggo Mortensen, ah, papelón. Divertida fue la aparición de Kathryn Hahn como secundaria, porque justo la habíamos visto en la peli anterior del spypcin.

Vista el domingo 7 de octubre del 2018

domingo, 8 de abril de 2018

PATERSON - 2016 - JIM JARMUSCH



Llevo un montón de tiempo sin actualizar este blog de cine, pero no es por no ver cine, sino porque se me han ido las ganas de escribir. Creo haber escrito más de una vez que el cine es como los sueños y que si no escribes cuando te despiertas, se te olvidan. Y hay sueños tan bonitos que da pena que se te olviden.

Ayer vimos Paterson y yo la vi entre sueños. No siempre me duermo cuando la película es mala. Me duermo cuando tengo sueño y cuando una música dulce o un cuento bonito me acunan. Y eso me pasó con Paterson. Así que la tengo que volver a ver porque me perdí un montón de minutos, aunque eso no quita para que le dé ya dos** estrellas spycin y ponga algunos fotogramas cogidos por la red para no olvidarla. Y para recomendarla a los pocos afortunados (entre cinco y diez al día según veo en las estadísticas) que tienen la suerte de abrir este blog.


Yo siempre he dicho que me gustaría que el cine se ocupara más de la vida ordinaria de las personas y del lado poético de la vida. Y eso es Paterson, una película sobre una serie de momentos y detalles de la tranquila y aburrida vida de un conductor de autobús llamado Paterson, que vive en una ciudad llamada Paterson, que está recién casado y que escribe poesías a ratos. A veces en el propio autobús, y a veces buscando la inspiración junto a un precioso barranco con un puente de hierro y una cascada al fondo.


Un día al despertar, su mujer le dice que ha tenido un bello sueño en el que estaba embarazada de mellizos. ¿Te gustaría que tuviéramos mellizos? le pregunta ella. Claro, le dice él. Así tendríamos uno para cada uno. Y a partir de ahí, como quien no quiere la cosa, el protagonista va reparando en los mellizos que va viendo por la calle.


La pareja no tiene mellizos pero tiene un perro de esos muy feos que les observa todo el día y les ladra cuando se besan.


Cuando Paterson vuelve de trabajar tiene que sacar a pasear al perro y así vemos la casa de Paterson y Laura y nos enteramos por qué se cae siempre hacia un lado el buzón del correo.


En el paseo nocturno del perro Paterson hace siempre una parada en el bar del barrio para tomarse una cerveza


Y allí conocemos a otra pareja de mellizos que juegan al billar, a un camarero filósofo y a una negrita muy guapa...


... de la que está enamorado otro negrito gafapasta que no tiene posibilidad alguna.


Es una historia muy triste pero que nos arranca una de las pocas carcajadas porque cuando el gafapasta sin afeitar declama en la barra la miseria de su amor y de su vida, el camarero filósofo le elogia la buena interpretación.


Qué gracioso es reírse de nosotros ¿verdad? cuando nos tomamos la vida en serio y nos convertimos en actores de tragedia.


Laura decora su casa y sus telas con sencillos patterns en dos colores y decide hacer pastas para ganar algún dinero. Y también decora las pastas con sencillos patterns. Se compra una guitarra para intentar ser una estrella country y le dice a Paterson que edite sus poesías porque son muy bonitas.


Paterson se encuentra cada día en el garaje de autobuses con un capataz de origen hindú que toma nota de su entrada y salida y cuando le pregunta qué tal le va la vida, el capataz siempre le dice que mal, y le cuenta una retahíla de sus males. Pero otro día se encuentra con una melliza que también escribe poesía en un cuaderno.


Las poesías de Paterson son como la vida de Paterson. Van contado su vida en un cuaderno.

Yo también iba contando mi vida en este blog, o por lo menos los sueños que veo antes de irme a la cama, pero nunca me había tomado por poeta. Y ahora que se me han ido las ganas de escribir, aún menos. Pero con poner los fotogramas de mis sueños, me vale. Aunque solo sea para recordarme alguna cosa: que tengo que volver a ver Paterson.