domingo, 7 de enero de 2018

BARNEY'S VERSION* - 2010 - RICHARD J. LEWIS


Solo tiene un buen gag, el de Dustin Hoffmann sobre el pollo. Muy poco para una comedia tan celebrada. Vaya tiempos estos.






La primera parte de la película, o sea, la italiana, es como lo de Woody Allen con Barcelona. Si no fuera porque no teníamos otra cosa que hacer, nos hubiéramos ido a la cama.



Lo del matrimonio judío se hace también bastante infumable. Menos mal que acaba con la promesa de algo más. Justo en su boda Barney se enamora de una mujer con ademanes de diosa, Rosamund Pike.


Y ahí empieza lo mejor de la película o el asunto de más calado: ¿puede un hombre feo conquistar a una mujer guapa? La respuesta es sí. Si pone todo su empeño, todo, absolutamente todo, sí. No hay diosa por muy hermosa que sea que no caiga ante la verdad del amor. Otra cosa es conservar a la diosa. Porque... cuando se cruce ella con un guapo en su camino, todo se pondrá en cuestión. Y aquí viene la parte más interesante: la caída de Barney, o sea, el pecadillo de una noche de infidelidad. Según el código universal puritano, eso es más que suficiente para que pagues con tu vida. Un código siniestro o un juicio parcial que no muestra que si la Rosamund le deja no es porque no pueda perdonar esa noche tonta sino porque ella tiene ya al guapo entre ceja y ceja. Cabrona. Un personaje como el tuyo no se merece subir a los altares. La pondré en las etiquetas para seguir su carrera de actriz y porque la forma en que sonríe o resiste mientras es asediada, es de las que enamoran. Pero lo de usar el tropiezo de Barney para escapar con el guaperas progre, eso no tiene perdón.


Es lo que tenía que haber contado Barney si la película o el guión tuvieran un poco de fuste. Pero como no lo tiene, pues se queda con una estrellita* spycin y a otra cosa.


A lo del maquillaje. Excelente con Giamatti pero mucho más flojo con Rosamund.


Como esta parece ser la mejor película del canadiense Richard J. Lewis no le prestaré más atención. Paso de poner un careto que se me olvidará pasado mañana. Su nombre no va a ser un señuelo para elegir ver otra película. Más bien lo contrario.