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lunes, 15 de octubre de 2018

ENTRE COPAS** - 2004 - ALEXANDER PAYNE



La teníamos por una obra maestra de la comedia moderna, pero en la revisión de este octubre del 2018 se nos vino abajo. La he dejado dos** estrellas spypcin por la divertidísima escena de sexo con la camarera gorda en la que Thomas Haden Church es deliveradamente pillado in fraganti; pero con una estrella tenía más que suficiente. A la película le sobra media hora. O a nosotros nos empieza a faltar paciencia. Porque hace catorce años nos dejó tan contentos. 


En aquella época aún creíamos que el mundillo del vino, las catas y degustaciones tenían algún sentido o eran una cosa chic, pero por vivir en medio de la vorágine de la así llamada "cultura del vino", estoy hasta el gorro de tanta memez. Eso me reconcilia con el gamberro de la película (que prefiere sexo a vino) y encaja con que el experto en vino sea un fracasado, pero como el desenlace le da la vuelta a la trama y Paul se hace al final con el amor de la encantadora Virginia Madsen, mis preferencias se vienen abajo.


Entre Copas fue la película que lanzó al estrellato a Paul Giamatti, pero en esta revisión yo he preferido quedarme con el gamberro follador y la dulce divorciada. He rastreado fotografías de Virginia Madsen y he encontrado verdaderas maravillas:






¿Diosa spypcin? Y tanto que sí. Menuda pechonalidad. De ahí las dos estrellas**...


Me hubiera gustado encontrar algún fotograma de la hilarante escena del cornudo cuentista y la gorda camarera, pero todo lo más que he visto por la red han sido estas dos fotos de cuando la peli empieza a animarse.



No creo que dé para una nueva revisión. A menos que se me vuelva a olvidar completamente. Y si pongo estos fotogramas es para que así no sea. 

domingo, 7 de octubre de 2018

VIDA PRIVADA** - 2018 - TAMARA JENCKINS



Con lo mal que está el panorama cinematográfico, basta que haya un poco de inteligencia, buen hacer y actores americanos de primera línea para que le demos dos** estrellas spypcin. A la película le sobra media hora, pero como estamos tan metidos últimamente en el tema de los "embarazos" por la hija, se nos hizo más llevadera la espera.


Paul Giamatti sigue siendo un crack. Ella (Kathryn Hahn) no me gustó nada. Esa boca... agggg.  Lo mejor de ella, la escena en que sale con el culo al aire limpiando la bañera, ja ja ja. La que está que se sale es la chiquilla. Seguro que la fichan para hacer un cameo de Janis Joplin. Menudo temple tiene la niña: Kayli Carter. Es difícil enamorarse de ella con ese cuerpo tan infantil y ese rostro tan adulto, pero director habrá que lo consiga porque actriz hay en ella para dar y no parar.


Tamara Jenckins da sobradas muestras de ser una gran directora. Buen ritmo, sentido del humor, falta de prejuicios con los temas del sexo, personajes secundarios retratados estupendamente con cuatro trazos (sobre todo el ginecólogo y el hermano), etc. Habrá que buscar algo más en su filmografía.


Aquí el staff completo en Sundance:


Y más de cerca:


Y algunos otros fotogramas del film para el recuerdo:






Vista el sábado 6 de octubre del 2018

domingo, 7 de enero de 2018

BARNEY'S VERSION* - 2010 - RICHARD J. LEWIS


Solo tiene un buen gag, el de Dustin Hoffmann sobre el pollo. Muy poco para una comedia tan celebrada. Vaya tiempos estos.






La primera parte de la película, o sea, la italiana, es como lo de Woody Allen con Barcelona. Si no fuera porque no teníamos otra cosa que hacer, nos hubiéramos ido a la cama.



Lo del matrimonio judío se hace también bastante infumable. Menos mal que acaba con la promesa de algo más. Justo en su boda Barney se enamora de una mujer con ademanes de diosa, Rosamund Pike.


Y ahí empieza lo mejor de la película o el asunto de más calado: ¿puede un hombre feo conquistar a una mujer guapa? La respuesta es sí. Si pone todo su empeño, todo, absolutamente todo, sí. No hay diosa por muy hermosa que sea que no caiga ante la verdad del amor. Otra cosa es conservar a la diosa. Porque... cuando se cruce ella con un guapo en su camino, todo se pondrá en cuestión. Y aquí viene la parte más interesante: la caída de Barney, o sea, el pecadillo de una noche de infidelidad. Según el código universal puritano, eso es más que suficiente para que pagues con tu vida. Un código siniestro o un juicio parcial que no muestra que si la Rosamund le deja no es porque no pueda perdonar esa noche tonta sino porque ella tiene ya al guapo entre ceja y ceja. Cabrona. Un personaje como el tuyo no se merece subir a los altares. La pondré en las etiquetas para seguir su carrera de actriz y porque la forma en que sonríe o resiste mientras es asediada, es de las que enamoran. Pero lo de usar el tropiezo de Barney para escapar con el guaperas progre, eso no tiene perdón.


Es lo que tenía que haber contado Barney si la película o el guión tuvieran un poco de fuste. Pero como no lo tiene, pues se queda con una estrellita* spycin y a otra cosa.


A lo del maquillaje. Excelente con Giamatti pero mucho más flojo con Rosamund.


Como esta parece ser la mejor película del canadiense Richard J. Lewis no le prestaré más atención. Paso de poner un careto que se me olvidará pasado mañana. Su nombre no va a ser un señuelo para elegir ver otra película. Más bien lo contrario.