Película tontísima (cero pelotero spyCIN) que podéis echar a la papelera sin mayor contemplación, pues para eso nos la tragamos nosotros hasta el final, ah ah ah.
Yo en cuanto veo a alguien pintando ya tuerzo el morro, pero como las casas y los paisajes eran tan bonitos y el hermano que cuida a la hermana con problemas psicológicos (la pintora) era tan majo también... pues que vas y te quedas sentado en el sillón como un tonto.
Como Julianne Moore no es ni mucho menos la actriz o el personaje que la pudiera encarrilar, la película se va hundiendo cada vez más en la tonta tontuna tonta y al espectador que se quede en el sillón le van saliendo unas orejas de tonto cada vez más largas.
El culpable de esta memez es este director canadiense con pinta de Fernando Savater llamado JEREMIAH S CHECHICK que seguramente es mucho más tonto y menos payaso de lo que parece.
Y qué peligro el Johnny Deep y cierto cine norteamericano canadiense... No recuerdo quien nos la recomendó: suerte que ha tenido con mi mala memoria.
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