El tan manido tema de un adolescente que hace realidad el sueño de huir de casa con dos amigos para hacerse una caseta en el bosque y pasar un verano de cine parecía al principio de la película que podría ser una versión doméstica de la gran INTO THE WILD de Sean Penn. Montaje en collage y pequeños golpes de humor nos hicieron concebir esperanzas pero nuestro gozo acaba como el de los chicos, en aburrimiento, pesadillas y el rosario de la aurora.
Premios y buenas críticas empeoran aún más su visionado porque siempre te deprime que los jurados y los periodistas estén más verdes que los personajes y los realizadores.
Hasta los policías parecen de juguete. O gente normal, con cabeza y sensibilidad.
Que la aparición de la niña mona del instituto dé al traste con la amistad y el verano feliz estaba cantado. Para entonces la presidenta de nuestro cine club ya estaba dormida y no tuvo opción ni de darme celos con algún otro espectador (como no fuera en sueños...)
Eso sí, en arquitectura un diez, pues la caseta les queda como un Gehry:
Le voy a dar una estrella* spycin por recordarme que en América hay bosques y ríos muy bonitos a un paso de casa:
Bueno, ríos bonitos a un paso de casa hay en todas partes. Lo difícil es encontrar películas a su nivel, porque con bajar a filmarlos no es suficiente.
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