A Saoirse Ronan la subimos a los cielos por una mirada de ON CHESIL BEACH y un fotograma de BROOKLYN (vease spycin del 4fb21), por lo que suponía yo que esta película que se anuncia como "the performance of her career" iba a ser una maravilla. Pero no. Saoirse pone caras y miradas como para dejar anonado a cualquier amante del ser humano, pero... cuando la película no está a la altura, ahhh, toda esa grandeza de la diosa queda tan vacía como... las propias divinidades. Película bien para tardes de domingo en que no se exige otra cosa al cine que acabar bien la semana, o sea, que acabe bien la película después de haber visto una historieta de amor y familia con un poco de intríngulis, mucho de moda, colorines caramelo, y muchas diapositivas bonitas de un mundo que fue mucho más feo de como lo pintan.
Como la olvidaré antes de que pase un mes, voy a poner muchos fotogramas para recordarla cuando tenga que decidir no volver a verla:
caras tristes en la despedida del barco a hacer la Américas
la hermana que se queda a "cuidar la vejez de su madre viuda (!)"
menuda empleada más guapa en los grandes almacenes
pero no es feliz; la jefa llama al cura para que lo arregle
el director le cogió gusto a la escena de la comida en la pensión y la repite hasta aburrir
por el baile empieza la felicidad
y la felicidad es como el azúcar algodón
La escena de la comida en casa de los italianos es como azúcar algodón pero con espaguetis (da igual que no haya foto, aún me acordaré de ella durante algún tiempo)
se muere la hermana
¡toma madre hija, para que te enteres de lo que también es una madre!
el italiano hace una jugada maestra antes de que vuelva a Irlanda a ver a su madre
la araña feliz
aparecen nuevas promesas de felicidad en aquella tierra donde no las había
playas en Irlanda como para no venir a España
bailes elegantes también
ay ay ay...
lo mejor de la película es que el final está hecho con cámara rápida
para que se nos olvide el mieditis que hemos pasado y podamos aplaudir
THE END
(ya no ponen FIN cuando acaba el flim; una pena en este caso)
y el dire, John Crowley (n 1969), sin afeitarse
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