Película sobrevalorada por la crítica por aquello del riesgo de remover heridas muy graves y profundas. Pero riesgo, ninguno. La superficialidad de una comedia plana y la maquinaria de absorción mediática (especialmente fotográfica) de todo lo que entrañe cierta invitación a pensar, conjuran cualquier peligro. Al menos respecto al pasado. Ojalá que operen igual respecto al futuro.
Perseguido por las fotos, Hitler está a punto de darse un porrazo por culpa de un bolardo colocado en el entorno de la puerta de Brandeburgo. Como soy un aficionado a los bolardos, fue el gag con el que más me reí.
La historia paralela del periodista tontolaba que busca recuperar su trabajo gracias a un gran reportaje sobre el tema, es patética. Mala con ganas.
Si el periodismo o el cine quisieran mostrarnos a los nuevos aspirantes al peligro de Hitler mejor que no busquen entre bigotitos, brazos en alto, pelo a un lado y miradas de asesino. Y si lo que quieren es mostrar a nuestra sociedad, nada más fácil: haciéndonos fotos constantemente para conjurar cualquier tipo de pensamiento o frase que exceda de tres palabras. Y como eso es lo que hace ER IST WIEDER DA, pues lo máximo a lo que puede aspirar es a
una estrella* sPyCin. Que ya me parece mucho.
Este es David Wnendt. Tiene cara de buena persona pero con eso no vale para hacer buen cine:
No hay comentarios:
Publicar un comentario