La noche en que intentamos ver las otras dos películas anteriores reseñadas en este blog no teníamos mucho sueño, pero entre abrir y probar con una y con otra seguro que se nos fue una hora. Rebuscando en el disco duro una tercera opción encontré que teníamos por ahí sin ver EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON y aunque ya estábamos advertidos de que duraba más de dos horas y media nos pusimos a verla. Ni sé a la hora en que nos fuimos a la cama, pero puedo asegurar que no dimos ni un bostezo.
Ya sabéis que lo de este blog no es decir si la película es buena o mala. A mí me apetece decir siempre cosas de mi cosecha, cosas que no he leído por ahí, cosas que me salen espontáneamente. Por ejemplo, que esta película o este tipo de cine podría muy bien llamarlo "envolvente" porque está tan bien hecho, es tan profesional y delicado contigo que no tienes que hacer ninguno esfuerzo por entender un peñazo de historia, unos personajes violentos o cosas así.
Es una historia de fantasía, claro esta, algo que se da en el cine. Que es la materia del cine. Un ser humano que nace viejo y muere como un bebé. Y es una historia que quiere contar que el amor es ese punto mágico en que se encuentran un hombre y una mujer, tanto da, como en la historia, que sea cuando una va envejeciendo normalmente y el otro va rejuveneciendo. Pero que también cuenta (hacia el final) que el amor es también el compromiso que queda de ese momento mágico, algo que cada vez cuesta más recordar, o que es también (hacia el principio) ese humano dar y compartir que es tan propio de la gente que menos tiene.
En dos horas y tres cuartos de cine que dura la curiosa vida de Benjamin Button hay tiempo para que salgan un montón de personajes y lugares, algunos más divertidos y otros menos, pero como el ritmo no decae se te van pasando las horas sin darte cuenta, envuelto, como decía antes, por una maquinaria narrativa de máxima calidad que va desde el cuento (1922) de Scott Fitzgerald en que se basa la historia hasta el más apacible y convincente Brad Pitt que hace de Benjamin, pasando por un director con fuste, David Fincher, de quien vimos con gusto LA RED SOCIAL
y un guionista con un aspecto de lo más majo, que tiene en su haber nada menos que el guión de FORREST GUM, el señor ERIC ROTH.
Con toda esta buena gente en casa no es de extrañar que la velada fuera estupenda aunque, como ya sabéis, yo hubiera querido que la protagonista fuera un poco más de mi gusto y que hubiera acabado enamorado de ella. Todo no se puede pedir. No me acordaré de EL CURIOSO CASO por una diosa pero intentaré hacerlo poniendola tres*** estrellas spycin y porque la llamé "cine envolvente". O gran cine hecho por una perfecta maquinaria narrativa.
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