Demasiado premio para una película bastante modesta que se reduce a la excelente creación de un personaje típico del costumbrismo local, el tonto del pueblo, a cargo del cómico irlandés Pat Shortt.
Es tan buena la pintura del tipo, que sales de ver la película preguntándote cómo será Pat Shortt en la vida real:
Del director, pocas conclusiones. Hasta que no veamos otra cosa suya no sabremos si su minimalismo va de decidida austeridad o de pobreza de recursos. Aquí Abrahamson posando con una actriz en un festival de Toronto:
(me recuerda a un alumno que tuve de diseño gráfico... jjj). Ay ay, qué flojito está el cine.
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