Peliculón tres*** estrellas sPyCin sobre ese tipo de relación patológica de amor, sexo y pasión que acaba en tragedia y que todos se han puesto de acuerdo en llamarlo por el final (violencia de género) y no por el meollo de la cuestión. Que la historia esté basada en hechos reales, que él sea un macarra y que ella consiga ser chica del mes en Playboy gracias a él, es lo de menos. Simples ganchos para atraer a la gente al cine. Lo verdaderamente importante es ver cómo se transforma un camino de rosas en un camino de espinas. Una historia tan habitual y con tantas muertes en su haber que merecería un tratamiento muy diferente al de la habitual pataleta social. No creo que la película ayude a entender el problema porque la singularidad de los personajes nos puede hacer creer que es una historia ajena a nosotros. Pero no: si sPyCin le ha dado tres*** estrellas no es porque la película sea buena, agradable o interesante, sino porque es una tragedia universal.
Los dos actores son perfectos por lo que Mariel Hemingway consigue también la calificación de diosa sPycin y el ascenso a nuestros cielos.
La transformación de mesera en playmate es extraordinaria, y la diferencia entre los posados fotográficos y el personaje de carne y hueso que vive la historia, excelente.
La parte final (la parte más cinematográfica del trasunto trágico) se hace un poco pesada y creo yo que le sobran bastantes minutos. Típico vicio del cine en promover la angustia del espectador en vez de la reflexión. Pero en fin, se puede perdonar. Sobre todo porque Mariel Hemingway está cada vez más guapa en la expresiones de impotencia por reconducir el asunto.
De Bob Fosse ya habíamos visto CABARET, ALL THAT JAZZ y LENNY, y por eso le tenía por especialista en cine sobre el mundo del espectáculo. A pesar del título, STAR 80 tiene un registro completamente diferente y es una muestra clarísima de la potencia, calidad y versatilidad del cine norteamericano y de alguno de sus directores.
Peliculón.
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