sábado, 9 de diciembre de 2017

RUNNING ON EMPTY* - 1988 - SIDNEY LUMET



Pinchazo en hueso. Ahhhh. Estábamos tan encantados con los últimos Sidney Lumet que nos descargamos cuatro más. Y la primera en la frente. Una historia bastante patética de una familia que huye unida de la justicia que... nos recuerda aquel eslogan de que la familia que huye unida, permanece siempre unida, ahhhh


¿Por qué le doy una estrella* spypcin en vez de un cero? No sé. Porque la mezcla del american way of life de una familia de clase media con el terrorismo de los ejércitos de liberación es como poner pistolas a los apóstoles, y si encima los actores son bastante malos y el director parece que no se cree la película que está haciendo casi que te apiadas de él. O sea que una* por piedad ja ja ja


Mira que es malo el viejo colega terrorista. Aunque el tipo más petardo es el padre de familia:


La aparición final del padre de la madre, o sea, del abuelo, hace bueno al marido de la hija ahhh


Pero bueno, el padre de todo era Sidney Lumet y el hijo River Phoenix que ya tenía una etiqueta por otra peñícula bastante mala a la que también le puse una sola estrella.


A la hoguera con ella.

Ay. Me olvidaba de la chica.


Mejor. Como si no la hubiéramos visto. 

viernes, 1 de diciembre de 2017

DOG DAY AFTERNOON*** - 1975 - SIDNEY LUMET



No entiendo muy bien cómo funciona la industria y la recepción del cine (sobre todo después de su venta a las televisiones que ya no veo nunca jamás). Pero desde luego, de un modo muy diferente a la de la música. La gente sigue oyendo a los Beatles, a los Who o a Kurt Cobain con total normalidad, pero si hablas de una película de los años setenta pensarán que eres un cinéfilo o un arqueólogo del séptimo arte (o un televidente aburrido). Así que rescatar del baúl de los recuerdos una película que podía seguir de estreno hoy mismo, en el 2017, debe de ser otro arte. El arte de algunos esforzados bloggeros je je je.


Lo de las modas en los peinados o el vestido no sería problema para estrenar ahora DOG DAY AFTERNOON, porque siempre el cine siempre ha contado historias de otras épocas. Pero claro, ver a Al Pacino tan jovencito, no colaría.


Pero bueno, a lo que vamos: que DOG DAY AFTERNOON es un peliculón tres*** estrellas SPYCIN que no puede quedarse en el baúl de los recuerdos, así que los más allegados a este blog, ya sabéis dónde la tenéis (y los no allegados no tienen más que pedir enseñando la patita por debajo de la puerta).


Las buenas películas, además, pueden crear una espiral de interés o de mitomanía, sobre todo cuando te dicen que la historia está basada en hechos reales, porque entonces, como en la así llamada "novela histórica" te dan ganas de conocer la historia de verdad en que se basó la película o la repercusión de la propia película en el curso de la vida de los propios personajes (y sus encarnaciones en la pantalla). Pero ahí no me pillan. El cine se acaba cuando se acaban los más de 120 minutos que tiene este peliculón y ya nos vale.


Hombre, poner las etiquetas en la columna de la derecha, sí. Aparte de Al Pacino me apetece poner el nombre de otros tres grandes actores que dan vida a esta historia: el del colega Sal (John Cazale), magnífico personaje. El del poli (Charles Durning), ¡que bueno!


El del homosexual: Chris Sarandon (lo borda):


Y hasta el del jefe de la oficina bancaria que es la pura reencarnación del estoicismo y la aceptación del destino, Sully Boyar:


Y etiqueta y una foto más para el jran SIDNEY LUMET haciendo jran jran cine:



lunes, 20 de noviembre de 2017

THE BIG SICK** - 2017 - MICHAEL SHOWALTER



Como la primera vez que vimos a Zoe Kazan no la convertimos en diosa spypcin porque en aquella peli había brillado más como guionista que como actriz, aprovechamos a hacerlo ahora (sin mucha convicción también) en esta difícil comedia en la que interpreta a la novia norteamericana de un paki que hace en la pantalla lo que había vivido en persona. Juegos estos del cine con la vida que parecen hechos para cinéfilos o para lectores de la prensa del corazón, especies estas de las que no participo mucho.


Protagonista femenina a parte, creo que The Big Sick es una película bastante complicada en la que  por las dificultades de ver los gags en subtítulos, me pierdo muchas cosas.


El tema de la integración es seguramente la parte más delicada para ser tratada en clave de comedia. No encaja muy bien que el padre del prota vaya de moderno con el hijo y que la madre le busque novia paquistaní. Por la otra parte, el rechazo inicial del paqui por parte de los padres de la chica  se transforma rápidamente en adopción, como si los anglosajones fueran mucho más avanzados en tolerancia que los asiáticos. Que pudiera ser, pero que no es el tema porque es solo una historia.


El humor de los monólogos de los clubs de la comedia es algo que no me acaba de enganchar. Supongo que por un problema de traducción y de referencias.


La parte más graciosa gira en torno a la enfermedad real de la novia y no a la enfermedad del amor con la que juega el título. Un amor (sobre el que ya todo el mundo parece estar de acuerdo) que llega después de una o varias sesiones de un sexo sin mayor emoción que el propio placer físico o el pasatiempo de una noche. En los tiempos de internet se ha vuelto tan intrascendente el sexo que ya ni siquiera aparecen las tradicionales escenas o tomas de cama.


La desdramatización del sexo siempre me ha parecido bien (y ya no digamos si pensamos en el trasfondo diario de la violencia de género), pero su escasa contribución a la relación amorosa se me empieza a escapar.


Este es el director, Michael Showalter. Nacido en 1970, tiene ya un buen recorrido cinematográfico pero Hawkmenblues no tiene ninguna de sus pelis en su blog, de ahí que no supiéramos nada de él. Le ponemos en las etiquetas, y al tiempo.  

domingo, 12 de noviembre de 2017

THE HUSTLER** - 1961 - ROBERT ROSSEN



Nunca me ha gustado el virtuosismo, esa especie de arte del arte. Y en el cine, menos. Yo diría que el lugar del buen arte, está más o menos a mitad de camino entre lo amateur y el virtuosismo. Por eso no me gustó THE HUSTLER. Aunque no me quede otra que darle dos estrellas** sPyP.


El comienzo de la peli es trepidante y te hace pensar en lo mejor. El cóctel entre la ambición, la apuesta y el timo parece perfecta. Pero en la segunda partida de billar ya empieza el dramón:


Y como el simple juego del billar no podría sostener un drama de dos horas, aparece el segundo motivo:


A partir de ahí todo es dar vueltas a lo mismo. Como un violín o un saxofón cuando coge un motivo y le hace mil piruetas. De repente noto como que me entra sueño y que no sé si voy a aguantar toda la peli. Pero los músicos son extraordinarios, y cada pantallazo te abre los ojos: Me encanta su primer socio de correrías, Myron McCormick.


Y la pareja contraria, George C. Scott y Jackie Gleason.


O hasta los tipos de un billar de mala muerte que ponen la nota más negra y cruel:


Piper Laurie tiene algunos momentos felices pero es imposible enamorarse de ella con tanto alcohol por medio. Las relaciones tormentosas de parejas debieron de ponerse también de moda por aquellos años (Taylor y Burton lo llevarían a lo máximo cinco años después en Quién teme a Virginia Wolf ,1966).


De Paul Newman qué les voy a decir. Que ninguna mujer podrá dormirse mientras esté en pantalla. Me encantó este fotograma en que se sienta en la ventana exactamente igual que en una ilustración de Norman Rockwell (habría que saber quién se inspiró en quién)


Robert Rossen no sólo fue el director sino también el guionista de The Hustler. Con un pasado comunista, Rossen vivió años difíciles en la época de la caza de brujas. Su cara y su pose me recuerdan bastante al personaje de Fat Minessota, un virtuoso de las carambolas.


Robert Rossen había ganado ya un Oscar diez años antes con EL POLITICO, película que habrá que ver antes de que se nos olvide. Con The Hustler alcanzó la candidatura pero no la estatuilla. El virtuosismo siempre está bien visto. Incluso viniendo de un hombre tan sospechoso (!).

sábado, 4 de noviembre de 2017

DIRTY PRETTY THINGSº - 2002 - STEPHEN FREARS



Otra mala (celo pelotero) de Frears. Y van.... Ahhhh. Te fías de las críticas y metes la pata. Hacer un thriller con el duro tema de la inmigración no es cosa fácil. Como la presidenta dijo al levantarnos del sillón y llevarnos otro chasco: no es lo mismo un cómic que una película. DIRTY PRETTY THINGS es poco más que un cómic de truculencias en el que lo más divertido es que el malo sea un español en Londres, o sea, Sergi López, ja ja ja.


La historia de amor (o de supervivencia) entre un nigeriano y una turca, merecerían mucha más delicadeza y profundidad.


Qué pena haber echado a perder el concurso de la querida Audrey Tautou, o sea, Amely.

Hay otro malo. Un paki:


Unos polis muy tontos (los de inmigración):


Y un chino que es como el ángel de la guarda del prota y que vale para todo:


Según parece el director se olvidó de que había empezado la película en un aeropuerto con el protagonista haciendo de taxista pirata. Y digo que se olvidó porque luego no vuelve a salir en toda la película. Y es que el nigeriano, mira por donde, acaba siendo doctor:


A estas astracanadas de guiones yo antes lo llamaba "cine español" pero ya ven que el gran Frears también se apunta.

O sea, una película para olvidar.  Y otra mala noche por culpa de habernos propuesto ver una película por semana.  

domingo, 29 de octubre de 2017

HAPPY PEOPLE, A YEAR IN THE TAIGA*** - 2010 - WERNER HERZOG



Aunque no lo parezca, hay tierra más allá de Cataluña, España y la Unión Europea. Mucha tierra. Mucha gente, y mucha vida. Estando yo en la escuela de Anguciana con nueve o diez años me aprendí de memoria los ríos de Asia y desde entonces nunca se me olvidó el nombre del Yenisei, ese segundo gran río siberiano que sube a desembocar en el Artico y que estaba entre el Obi y Lena. Su cuenca es inmensa pero durante toda mi vida para mí sólo ha sido un nombre...



La "Taiga" tampoco era para mí sino otro nombre mágico que ya no recuerdo cuando lo aprendí. Probablemente en segundo de bachillerato, cuando estudiábamos Geografía del Mundo (en primero se estudiaba Geografía de España). Solo era el nombre de un tipo de paisaje y una vasta región de Siberia. Pero cuando a comienzos de los ochenta vimos Derzu Usala, la Taiga pasó a ser la tierra de Derzu y el Capitán. Qué grandes personajes Derzu y el Capitán. Grandísima la película de Akira Kurosawa.


Bakhta es una pequeña aldea de la inmensa Taiga, situada junto al río Yenisei, poco antes de la desembocadura del río que lleva el mismo nombre de la aldea. Me ha costado encontrarla porque hay muchas Bakhtas en Rusia (sin ir más lejos hay otra en un embalse de cabecera del mismo Yenisei que me ha tenido despistado un buen rato). Pero en fin, a lo que íbamos, ahora, gracias a la película-documental de Werner Herzog que vimos ayer, el río Bakhta, la aldea Bakhta, la Taiga y el Yenisei son mucho más que unos nombres. Forman parte ya de nuestro más íntimo imaginario.


Aquí Bakhta con todas las chimeneas de sus casas echando humo en el crepúsculo del invierno siberiano, y a continuación el enorme Yenisei deshelándose. Las imágenes en movimiento son fantásticas.


Gracias al documental de Herzog vemos que el mundo no se acaba con la falta de entendimiento de los diputados que ocupan escaños en un parlamento regional, sino que se modela con las manos y unas pocas herramientas.


La construcción de unos esquís o una canoa, nos dejan con la boca abierta:


Curiosamente, en un lugar tan terriblemente frío, el río es, como en la selva, el nexo con la civilización y con la vida.





Y cuando se hiela, la gran autopista hacia el norte y el sur.


Autopista hacia los bosques, donde los hombres de Bakhta se dirigen en primavera a preparar las chozas y las trampas, y en otoño e invierno a cazar.


Herzog no da muchos detalles geográficos y con ello nos hacemos un poco de lío con los ríos porque cuando creemos estar en un Yenisei saltarín, más bien estamos en el Bakhta o incluso en alguno de sus pequeños afluentes.


No son los detalles lo que le interesa a Herzog sino la épica de la vida en una región con condiciones tan duras. Algunos nativos, como los Tek, parecen haber sucumbido al vodka ruso y no saben muy bien si echarse la culpa a sí mismos o a los rusos.


El personaje central del documental tiene un aire al propio director. Habla pausado y parece entenderse bien con los animales.




Pero si épicos se presentan los habitantes de Bakhta, no menos personajes de película son sus perros.


Las imágenes del jugueto con el reno en el río o el regreso a casa por Navidad nos ponen la carne de gallina:



Por todo ello y por muchas cosas más que podréis contemplar en ella, Happy People. A Year in the Taiga es un documental tres estrellas*** sPyPcin que, con mi nueva política bloggera y de intercomunicación con los lectores, podréis ver si me lo pedís por mail, siempre y cuando os identifiquéis debidamente.

Una cosa me faltaba por decir: a Bakhta también llegan los políticos, ja ja ja, pero los padres se llevan a los niños para que no se contagien.


Aquí el gran Herzog: