Después de los dos últimos y lamentables westerns de nuestra última programación (Slow West y Pat Garret) miedo me daba ponerme a ver esta gamberrada de John Huston filmada a comienzos de los setenta en plena ola de la contracultura. Si a eso sumamos el cero spypcin a Huston por poner a dos amantes hippies entre caballeros de la Edad Media (Paseo por el amor y la muerte), no es de extrañar que se me haya ido la mano en la calificación. Cuando esperas lo peor y te lo pasas de cine, caen las estrellas spypcin una tras otra. Hasta tres*** que le he puesto, ala.
Al Oeste del río Pecos, comienza diciendo la película, estaba el Salvaje Oeste. Más allá del río Pecos está el río Bravo, o río Grande que hace de frontera entre Texas y México desde Ciudad Juárez hasta el mar. Gracias a Google podemos ir en un visto y no visto a los escenarios reales del lejano Oeste. Como gracias al cine podemos fabular historias y reírnos con ellas. Es lo que hizo Huston en esta película. Y a fe que nos reímos a gusto. Paul Newman da cuerpo a todo un personaje.
Pero la primera frase que les suelta a los forajidos que aparecen por allí es la de si tienen "fibra moral" para ser sus ayudantes con la justicia. Fibra moral, fibra moral, que buena sustancia esa.
Antes había aparecido Anthony Perkins a dar cristiana sepultura a la patulea de vagos y maleantes que en la primera escena cambian el rumbo del forajido Roy Bean: intentan matarle y acaban por convertirlo en juez. Genial Perkins. Claro que sí, a los malos hay que enterrarlos cristianamente.
El nuevo juez ya tiene un buen programa: ahorcar forajidos y darles cristiana sepultura.
También hay una mujer. Nada menos que Victoria Principal, que años después se haría famosa en la serie Dallas.
Y una diosa, presente siempre en los pensamientos del héroe (como tiene que ser en un don Quijote) , y que baja a la tierra a cerrar la historia: Ava Gadner:
Hacia el final de la película Victoria Principal le deja hueco a Jacqueline Bisset, pero ninguna de las tres consigue el título de diosa spypnic. Porque ni Huston es especialista en hacer diosas ni los westerns suelen ser películas de mujeres.
John Huston tiene una aparición desternillante y le deja un oso al juez. Se lo debieron pasar de muerte filmando toda esta cachondada:
Vale. No es una obra maestra. No la veáis pensando que es una tres*** estrellas spycin porque en ese caso os podrá decepcionar. Pero es una película que hay que ver y con la que seguro podréis pasar un buen rato. Ah! y salir de ella con la fibra moral tensada para dar a los "rufianes" (ja ja ja) su merecido.
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