domingo, 31 de enero de 2016

HOW TO KILL THE NEIGHBOUR'S DOG º - 2002 -MICHAEL KALESNIKO



Lo sabe todo el mundo: poniendo estricnina en un trozo de carne. Y si se es muy impulsivo, pegándole un tiro. Por si no te gusta ninguna de ellas, Michael Kalesniko, Kenneth Branagh y Robin Wright nos ofrecen un tercer sistema: ponerle al perro esta película. Pero como no encuentro la manera de que la vean los perros del alcalde de Santa Lucía (que es mi vecino), se me ocurre que podría comprar unas copias en vídeo o DVD, y echárselas a la perrera. Igual funcionaba. Cualquier cosa mejor que crear un alter ego nocturno con quien hablar por las noches y que lo acabe matando él mientras yo adoro a la niña de la vecina.

Dicho en plata: que es una tufarrada pijoprogre a mayor hundimiento de Kenneth Branagh haciendo de hombre de teatro, o sea, de Kenneth Branagh. El único interés de la película es ver a Robin Wright, la artistaza que hace de mujer pérfida en la serie HOUSE OF CARDS, haciendo aquí de mujer pija. Y ni eso: me gusta muchísimo más de mala.

A la hoguera con ella.

Y una foto del Kalesniko para hacer puntería con los dardos:




PALERMO SHOOTING º - 2008 - WIM WENDERS



De vez en cuando los artistas pierden la cabeza. Y a Wim Wenders, por ejemplo, se le ocurre escribir un guión y rodarlo. Pone a un fotógrafo guaperas en la Escuela de Diseño de Essen y le hace viajar a Palermo para enamorarse de una italiana que por su forma de actuar bien podría ser una actriz española.


Por entre medio va y saca una sesión fotográfica del guaperas a Milla Jojovich embarazada y así me entero (pero por mi investigación posterior en internet, no por la película) de los ojos de Elena de Troya que tiene la Jojovich. Madre de dios:


Una vez en Palermo, Wenders resucita a Dennis Hopper, que no se había visto en otra desde Easy Rider:


Eso sí, lo pone en el interior del archivo histórico de Palermo, que es como una de aquellas arquitecturas que creíamos que inventaban Rossi o Grassi, cuando en realidad la copiaban de sitios como este:


La diferencia entre un truño y tufarrada es que un truño lo hace cualquiera mientras que una tufarrada es obra de un artista. Y como a la presidenta del cineclub spypcin lo del arte le trae al pairo, se largó a su cuarto a los veinte minutos. Yo, sin embargo, que tengo gran preocupación por el arte (no diré en qué sentido), me quedé hasta el final porque el fotógrafo se pasó toda la película con los auriculares puestos escuchando canciones chulísimas y no me podía perder los créditos:





Del petardo de Lou Reed no me voy a llevar sorpresas, pero haber descubierto gracias a esta tufarrada a un tipo como el cantante de IRON and WINE no es ninguna tontería. Es lo que tiene el contacto con artistas como Wenders, Que casi siempre dejan rastros interesantes.

TOKYO - GA ** - 1985 - WIM WENDERS



Tokyo y Japón en general, se me siguen resistiendo a un viaje. No por ello deja de interesarme esa parte del mundo donde viven los que mi amigo Jaime Allende llamaba "los marcianos de la Tierra".
La disculpa de Wenders para hacer una pintura cinematográfica de Japón es homenajear a YASUJIRO OZU, un director del cine clásico o primerizo que le asombra porque sus personajes podrían ser los padres, los amigos o los niños con los que se cruza Wenders por la calle. Me encanta la idea porque como ya he dicho aquí un montón de veces, a mí no me interesa el cine de truculencias, de acción, de sorpresas, o de gentes de mal vivir (que es el noventa por ciento del cine).


Aparte de ese interés por el cine de lo cotidiano, está la pintura urbana en la que siempre hay trenes pasando entre casas.


Frente al cine tan humano de lo próximo y la pintura del contraste urbano entre la arquitectura y el movimiento, Japón es país pródigo en frikismos de todo tipo (marcianidades, que diría Jaime).




Con ellas pasamos un buen rato y hacemos unas risas. Pero entre unas cosas y otras, y para cumplir el objetivo central de la película, Wenders planta su cámara ante las personas que trabajaron con YASUJIRO OZU y les deja hablar como es su costumbre: sin mirar a la cámara.



Fortuito o no, resulta divertido el encuentro con Werner Herzog en lo alto de un mirador de Tokio divagando sobre la naturaleza de las imágenes, su transparencia, su posibilidad de ser portadoras de la verdad.


TOKYO-GA no es cine, sino pintura cinematográfica, reflexión sobre el cine, sobre su pasado, su presente, su futuro y sus elementos de composición. Un documental que se ve con mucho agrado. Pero que como tal no puede recibir del spypcin más de dos** estrellas

PASSION FISH *** - 1992 - JOHN SAYLES



"Una casa en el Sur, Louisiana, una blanca melancólica y desquiciada por su paraplejia y una negrita impresionante en su seriedad. Sólo por ver el grupo musical de la verbena, ya vale la pena. Y el lago..., vivir junto al agua. Cuántas veces he pensado en lo que significa vivir junto a una gran lámina de agua, ese espacio vacío y libre para la vista y el pensamiento. Deliciosa película"

Anotación del 20 de septiembre de 1994 que supongo que significa 3 estrellas*** spycin y casi seguro que una diosa más, pero tendré que revisionarla para confirmarlo.

John Sayles tiene una entrada en el spynic: LONE STAR 1996

BAGDAG CAFE*** - 1987 - PERCY ADLON



Percy Adlon volvió a poner en pantalla a Mariann Sagebrecht para otro delicioso cuento, aunque esta vez no de amor, sino de amistad. O eso parecía porque la historia comienza con las cómicas pero tormentosas rupturas de las relaciones matrimoniales de ambas protagonistas. Lo que pasa es que al final la historia tiene trampa: el cuento parecía que abría un espacio para la amistad homosexual después del amor, y sin embargo se resuelve con la tesis tradicional: el de la amistad homosexual como estado natural previo al amor.


Pero la gracia del cuento no está tanto en ese giro sino en el ambiente coral que se produce en un inhóspito lugar en el que no parece que pudiera suceder nada. Nada bueno, claro está.


También podría interpretarse como un cuento femenino o feminista (aunque esta palabra ya no la entiendo muy bien), porque no hay duda alguna de quienes son las que controlan el cotarro y quienes son los pelanas.


Mi personaje favorito es el marido de Brenda, que se pasa toda la película exclamando entre dientes: Brenda, Brenda...,; pero el casting es por lo general de diez. La mujer de los tatuajes es más confusa, aunque su salida de escena es tan antológica como la entrada en ella del mochilero.


La diferencia entre una historia y un cuento, digo yo, puede que tenga que ver con el recurso a la magia y la suspensión del tiempo. La película empieza con lo segundo y acaba con lo primero, aunque como decía, lo más mágico es que en un lugar tan desolador puedan ocurrir cosas buenas.


Inmejorable pues como cuento de Navidad. Tres estrellas *** spycin.