Van dos. Dos tres*** estrellas spyCIN. Este BAUMBACH es cosa buena. THE SQUID AND THE WHALE es la segunda peli que encontramos de él, aunque es siete años anterior a FRANCES HA. Su tema me llega menos pero no deja de ser del máximo interés: el efecto en los hijos del divorcio de sus padres, siendo estos una pareja neoyorkina madura e intelectual. Siempre he pensado que el divorcio es una canallada, una ruina o una irresponsabilidad y que ya basta de ser frívolos con el tema. Sociedad idiota esta que lo banaliza. Según me cuenta la presidenta del cine-club que ha hecho una pequeña investigación sobre Baumbach, en el guión de THE SQUID AND THE WHALE hay mucho de autobiográfico por lo que seguramente esta película tenga mucho de venganza, de ajuste de cuentas o, en palabras mayores, de justicia.
Los cuatro protagonistas principales están impresionantes en su desazón y agarrotamiento. Parece increíble que sean actores. Son pura y cruda realidad. Terribles. Insufribles. Extraordinario cine.
Pero ya digo, a mí esta problemática me llega menos que otras y por ello me gustaría acordarme de esta película por la dulzura y belleza de una de las actrices secundarias que encarna el papel de verdadera diosa del amor y consigue, cómo no, ascender a los cielos de las diosas spyCIN: HALLEY FEIFFER, de quien el chaval mayor duda (¡tremendo!), y es apoyado por su padre en su escepticismo, porque quizás pudiera encontrar alguna otra más guapa y mejor... (!!!).
Qué maravilloso puede ser el cine cuando es capaz de contar en otras imágenes, con otros actores y otras circunstancias, algunos de los sentimientos, dudas, o estupideces humanas menos tenidas en cuenta. A mí se me escapó el diálogo que da título y final a la película (cuando la vuelva a ver estaré más atento a ver si lo cojo) pero a cambio me quedé con este otro detalle y lo he puesto endrama, palabras, que es como luego lo guardo mejor.
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