miércoles, 10 de mayo de 2017

LA VOZ DE LA MONTAÑA* - 1955 - MIKIO NARUSE



Como se puede ver por el este post del spyp, esta vez nos habíamos leído la novela antes de ver la película, y como la novela nos pareció bastante mala, la puesta en imágenes de la misma historia la celebré al principio con cierto júbilo, sobre todo por ser mucho más breve y directa.


El único problema es que la actriz principal era exactamente la misma que en la película de Ozu que habíamos visto recientemente (ver post anterior) y pasados unos días se nos mezclaba una historia con la otra.


También la ambientación es prácticamente idéntica. Cambia la calle de acceso a la casa, se repite lo del padre de familia sentado en la mesa baja calentándose las piernas y leyendo el periódico mientras las mujeres lo tratan como si fuera el emperador.

A medida que el melodramón cobra más peso que la ambientación, mi interés empezó a decaer, pero como Naruse metió toda la historia de Kawabata en hora y media aguanté como un campeón  sin dormirme hasta que salió el esperado FIN.

El único problema de tanta síntesis es que a Mikio Nasure se le olvidó poner algo que hiciera referencia al título de la novela, pero como expliqué al comentar el libro, eso no tenía la mínima trascendencia.

Vaya, que si a Crepúsculo en Tokyo le dí una estrella, a esta no le vamos a dar menos. Así pues, toma * estrella spypcin, porque aunque abusa más de la cuenta del caminito de acceso de la primera escena, los secretos de la casa japonesa nos los muestra tanto o mejor que Ozu.

Ah, se me olvidaba: la música tan mala como la de Ozu. Pesada, repetitiva y bastante naif.

martes, 9 de mayo de 2017

CREPÚSCULO EN TOKYO* - 1957 - YASUJIRO OZU



Primera película que vemos del celebrado Yasujiro Ozu, de quien el tan genial como rallado Wenders dijo maravillas (...y yo las conté aquí). Era moda por los años cincuenta poner la carátula en tecnicolor aunque la película estuviera rodada en blanco y negro así que no se me despisten con la primera imagen. Ni con lo que se cuenta por ahí del cine japonés (...que es buenísimo; de eso nada). Los primeros quince minutos disfruté mucho porque es como un documental sociológico y arquitectónico del Japón tradicional. Una musiquilla machacona con cuatro notas similares al pasodoble Valencia me empezó a mosquear un poco, pero las fotos de cielos y paisajes que insertaba entre escena y escena le daban un aire muy poético a la vida del padre solitario con traje occidental y a las historias de sus dos hijas con problemas amorosos.


Las salidas a bares y tugurios de la hija pequeña amplían la visión sobre el tipo de locales, la afición a la bebida, al juego, o el machismo de la época, pero a medida que pasan decenas de minutos sin que se produzca una buena historia y que las frases y gestos de los protagonistas nos llevan hacia un melodramón ininteligible, ya empiezo a dar al cursor del VLC para ver cuánto queda para que se acabe.




Y así, mientras con idas y venidas los tres personajes principales tardan más de hora y media en tomar forma, aparece de repente la madre, sin saber muy bien por qué los había abandonado (???).


Un pasaje de música trágica anuncia que la cosa se pone fea, y así es. Pero dos escenas después vuelve la tonadilla del pasodoble Valencia y las fotos intermedias del aire en las hojas de los árboles o de los andenes de las estaciones de tren. Después de que las hijas acusen a la madre de todas sus desgracias, ésta decide marcharse a vivir a otra parte y monta una escenita final esperando que le vengan a decir adiós (?).


Yo creía que no entendía a los japoneses porque nunca me había acercado a su cultura, pero cuanto más me acerco menos entiendo.

Le he puesto una estrella* spypcin porque como introducción a la arquitectura doméstica japonesa es absolutamente recomendable. Como introducción al alma japonesa igual también lo es, pero eso me preocupa más. De todos modos tengamos en cuenta que está hecha en los años cincuenta y que por aquella época también en Europa o Norteamérica se hacía cada melodramón de aúpa.



lunes, 8 de mayo de 2017

TOKYO BLUESº - 2010 - TRAN ANH HUNG


Yo no he leído la novela homónima de Haruki Murakami publicada en 1987 y que compró un cuarto de Japón (ahí es nada en millones de ejemplares) lanzándole a la fama mundial, pero si es como la película que en el 2010 hizo Tran Anh Hung, apaga y vámonos. Menudo truño narrativo y menudo dramón de amores adolescentes al estilo LOVE STORY pero cuarenta años después. Para semejante viaje en el tiempo le pusieron de alforjas una estupenda fotografía de anuncios en tecnicolor y la música de Johny Greenwood (guitarra de Radiohead), pero ni por esas. No recuerdo cuándo me dormí ni cuando me desperté así que los fotogramas que he encontrado por la red y que pongo aquí los vi como entre sueños:


Mira, este sí que lo vi. Es cuando la cuidadora de la primera de las novias del chico prota les canta el Norwegian Wood de Lennon y McCartney dando título al libro y la película sin que sepamos muy bien por qué.


Esta otra escena también la vi. Es cuando la segunda chica liga con el chico sin que éste se resista a pesar de tener ya a la primera chica.


De esta comida no me acuerdo. No sé si es la primera chica o la segunda porque como bien es sabido todos los japoneses son iguales y cada vez que me despertaba la veía con una distinta.


Esto sí lo vi. Es cuando el chico va al mar a pensar


Y aquí cuando va a ver a la primera novia al sanatorio que nunca se ve. Sólo se ven los bosques y campos de los alrededores. Una marafilla de sanatorio psiquiátrico.


Y para acabar una foto de Murakami, el autor de la novela que seguramente aprobó el truño cinematográfico, pues menudos dividendos le habrá dado:



Ja ja ja ja pón. Pon y sigue poniendo que me voy pa Japón. Con estos mimbres quién no se va a ja ja ja ja ja ja...

Ah, lo de la música de Greenwood me he enterado después de ver la peli. Ya no recuerdo si era buena o mala. Supongo que muy buena porque no me quitó el sueño.

Me consuela leer en filmaffinity críticas como esta: inovercy